Si pensamos en un juego antiguo, tradicional y al que todo el mundo sabe jugar, seguramente uno de los primeros que se nos venga a la cabeza es el bingo. Las primeras pinceladas históricas de esta práctica popular nos remontan al siglo XVI y por entonces la forma de jugar era muy similar a la que se puede realizar hoy en día en un casino.
El bingo consta de un bombo en el que se insertan un total de 90 números (pueden ser menos dependiendo de la cultura y el tipo de juego) y del cual se van extrayendo las cifras una a una. Los jugadores cuentan con uno o varios cartones con números y según vayan saliendo se deben ir tachando de la tarjeta. Gana y por tanto canta bingo el jugador que consiga tachar antes todos los números de su cartón.
Un juego a priori sencillo y que durante muchos años ha dado lugar a la creación de salas de bingo especializadas, a las que los jugadores acudían sola y exclusivamente para disputar rondas sin interrupción de este juego. A día de hoy siguen existiendo, incluso con la opción de jugar con bonos de bingo gratis sin depósito, pero los apostadores piden más.
La popularidad de este juego ha hecho que otros sectores no se hayan olvidado de él para integrarlo en sus nuevas creaciones. Este es el caso de los videojuegos, en los que cada vez más el bingo está consiguiendo un espacio en detrimento de otros juegos.
En muchos de ellos, el bingo ocupa un espacio en lo que a los premios a entregar al jugador se refiere. Con el transcurrir de las partidas, los usuarios van logrando objetivos y eso implica el lograr diversos premios. En multitud de ocasiones la forma de entregarlos es mediante este juego.
Es el caso de los juegos de Angry Birds. Esta serie de juegos en las que las aves deben vencer a los malvados cerdos y sus estructuras lanzándose desde un tirachinas incluyen fases en las que se integran partidas de bingo.
Cuando el jugador logra subir de nivel, se activa una pantalla especial de bonus en la que el usuario puede hacer click y varias aves irán apareciendo hasta conformar una combinación. Cada combinación tiene unas ganancias para el jugador. Bastante parecido a los juegos de video bingo online que ofrecen muchos casinos en su oferta a día de hoy.
Aunque no conforman una parte esencial del juego, los creadores dan cabida a este tipo de prácticas siempre recurrentes en estos casos de entrega de premios. Lo mismo ocurre en los juegos de Mario Bros en los que el jugador se encuentra con slots, juegos de bingo y hasta algún juego de cartas.
Un paso más allá va el desarrollador Rockstar en juegos como Red Dead Redemption o Gran Theft Auto, más conocido popularmente por sus siglas GTA. En ellos no solo aparecen casinos físicos como parte de la aventura del usuario dentro de un universo en el que se aplica la ley del más fuerte, sino que se puede entrar a jugar a ellos con el personaje seleccionado.
En Red Dead el usuario puede compartir mesa con otros westerns y jugar a cuatro variantes de casino como son póker, blackjack, dominó o el cuchillo. En GTA, el usuario puede ingresar en una sala de juegos y sentarse en una mesa virtual en la que apostar dinero y conseguir ganancias. Póker, blackjack, carreras de caballos y lotería semanal muy similar al bingo están incluidas.
Y lo curioso es que cuando el juego no incluye fases de este tipo, los propios usuarios se encargan de integrarlas en el desarrollo del juego. Un caso muy conocido es el del FIFA. Todos conocemos este conocido juego de fútbol, pero han sido los youtubers más famosos los encargados de conectarlo con un juego tan popular como el bingo.
Los usuarios establecen varios objetivos a conseguir dentro de un cartón de juego y mediante la selección de futbolistas al azar tienen que irlo completando. El primero que consiga todos los objetivos gana y canta bingo. El perdedor, por su parte, tendrá un castigo consistente en perder a algún jugador importante que tenga en su plantilla.
Son ejemplos claros de que cada vez los juegos de casino y en especial el bingo se integran más y más en los videojuegos. La sencillez en muchas ocasiones es sinónimo de victoria y este juego tiene ese componente que hace que sea muy sencillo integrarlo y que el usuario lo acepte como parte del juego.
Es más, la forma en que el riesgo del juego se va integrando en el día a día de los usuarios hace que se acaben reclamando este tipo de incentivos dentro de los propios videojuegos. Y cuando no se hace, ahí están los propios jugadores para buscarle un hueco dentro de sus prácticas habituales.
En menor medida se ven videojuegos específicos sobre juegos de casino, aunque poco a poco los desarrolladores móviles sobre todo los van integrando al mercado. El ascenso de los juegos en este sector es cada vez más recurrido y muy probablemente imparable.
